Hay que
tomar en cuenta que las actitudes de los docentes pueden variar mucho en cuanto
a comportamiento, personalidad, capacidad de captar el tema, no muestran miedo
a los estudiantes, hay muchas formas de observar a los docentes, tenemos varios
autores que representan los diferentes roles que tenemos a continuación:
v
Malaguzzi
(1993), las actitudes que demuestra el docente, especialmente en la concepción
de su papel como favorecedor de la autonomía en el niño, son las siguientes: La
docente, en su trabajo, mantiene su atención a los niños durante la realización
de las actividades.
v
Bagueño,
Mena y Valdés (2008). Esta actitud observadora permite estar atenta a los
diferentes estilos de aprendizaje y a las necesidades de los niños, lo cual
genera una experiencia de apego seguro y reparador en el docente y el niño.
Ser
docente brinda a los niños la oportunidad de valorar su trabajo y les ayuda a
desarrollar su propia identidad y seguridad emocional, lo que les ayuda a
sentirse especiales y parte de un grupo más grande. Asimismo, los docentes, a
través de su carácter amable y su trabajo, ayudan a los niños a encontrar
alternativas de solución a los conflictos, dándoles la sensación de ser
apoyados y valorados en su resolución de conflictos. Al mismo tiempo, los
docentes desarrollan actividades que permiten a los niños enfrentar sus miedos
y enseñarles a observar su naturaleza. Al demostrar la relación entre el apego
y la seguridad de las propias capacidades, los profesores infundirán confianza
en los niños, para que sean capaces de resolver sus propios problemas. Esta es
una posición para garantizar la seguridad de los niños, para que tengan su
propia personalidad, pensamientos, deseos, sentimientos y capacidad de cuidar
de sí mismos. De esta manera, le haces sentir a tu hijo que está aprendiendo y
que crees en él. De manera similar, para ayudar a los niños a desarrollar
habilidades que les ayuden a actuar de forma independiente y asumir la
responsabilidad de sus acciones, volviéndose así más autónomos, los docentes
fomentan la cooperación desde una perspectiva de género delegando
responsabilidades. Esto incluye garantizar que niños y niñas tengan igualdad de
oportunidades y oportunidades para elegir diferentes opciones de trabajo en
grupo y reconocer y aceptar las consecuencias de las decisiones.

